Este artículo es una extensión del video que se ha subido a la plataforma de Youtube de lo que ha supuesto para las PYMES el COVID-19 en especial para nuestros clientes.

Lo primero queremos empezar contando lo que ocurrió y es que las empresas entraron en estado de shock. Shock informativo, o mejor dicho, de desinformación generalizada, seguido de shock financiero, por los cierres de sus negocios, continuando por medidas laborales, mandando a los empleados a ERTES sin pensar bien en las consecuencias que a medio plazo pudieran haber tenido.

Es un hecho que el Covid-19 ha provocado y está provocando un gravísimo daño económico a las empresas españolas, sea del sector que sea. Estamos hablando de una nueva (y esperemos, corta) crisis económica. Pero, sobre todo, de una crisis muy diferente a la del ladrillo, donde hubo muchas refinanciaciones que eran meras «patadas para adelante» de empresas inviables. Mientras que en esta crisis, a la cual podríamos llamarle el Covid Económico, sin embargo, mayoritariamente estamos ante empresas viables pero que debido a la pandemia se han vuelto empresas con dificultades para atender sus obligaciones de pago a corto plazo, y que en el medio plazo veremos si pueden atender tanto las obligaciones que ya tenían, así como las que la pandemia ha generado, como son las de las financiaciones nuevas que se han firmado, de manera generalizada con el aval del ICO.

Para ello, desde el primer minuto de la declaración del estado de alarma, en Edventure, trazamos el guion de lo que iba a ser el plan de contingencia para cada uno de nuestros clientes.

 

¿Cómo les hemos ayudado?

Pues desde el minuto cero, hemos estado encima de ellos más que nunca, tratando de que se sintieran arropados, generándoles confianza, que no vieran que no iban a poder hacer frente a sus obligaciones….Por tanto, nuestra principal misión en estos dos últimos meses ha sido el ayudar a nuestros clientes, realizando a todos y cada uno de ellos que se han visto perjudicados por el Covid, un plan de contingencia que permitiera la continuidad del negocio, donde en él se detallaban los presupuestos antes de la aparición del Covid, y el presupuesto corregido por la aparición de éste. En dicho informe calculábamos y poníamos de manifiesto el importe necesario que necesitaba la empresa para atender todos sus compromisos para así poder afrontar con garantías la continuidad del negocio, una vez que vamos volviendo a la nueva normalidad. Hemos calculado el impacto de la pandemia así como hemos intentado amortiguar la caída de la demanda con previsiones de ingresos muy conservadoras, de modo que siempre nos encontráramos en una situación mejor de la prevista. Esto genera ilusión y confianza, sobre todo de cara a las entidades financieras las cuales veían con buenos ojos esta prudencia, a la hora de tomar la decisión de financiar o no a nuestros clientes.

Este informe fue enviado a todos y cada una de sus correspondientes entidades financieras para que cada entidad le autorizase la financiación necesaria, normalmente mediante un préstamo ICO en relación con el peso que actualmente supone dicha entidad dentro de su pool bancario.

Fue prácticamente un mes y medio de mucho estrés, pero afortunadamente en dicho tiempo conseguimos que todos nuestros clientes firmasen sus correspondientes préstamos que, por lo general, ha sido a 5 años con carencia de un año, para que durante dicho año se pueda volver a una cierta normalidad y puedan cómodamente cumplir con sus obligaciones.

Pero esto es un arma de doble filo.

Las empresas en marzo/abril de 2021, si no hacen cambios para obtener resultados distintos, si no están bien estructuradas o no han modificado o añadido nuevas líneas de negocio, si no tienen la información necesaria para tomar decisiones estratégicas, podrán verse en serias dificultades para cumplir con sus obligaciones de pago, no solo las que tenían, sino las nuevas contraídas, por lo que no será raro ver empresas que necesiten acudir a refinanciaciones a más largo plazo de la deuda a través de acuerdos extrajudiciales de pago, acuerdos de refinanciación, y en caso de no ser suficiente, solicitando un concurso de acreedores, para al menos salvar su responsabilidad como administradores.

Es por esto por lo que hoy en día estamos reorganizando a nuestros clientes para que, por un lado, en estos 12 meses no presenten tensiones de liquidez, y por el otro, y casi más importante, diseñando la estrategia a seguir en los próximos 2/3 años para asegurar su continuidad y, por qué no, su crecimiento.

Para ello estamos realizando el Plan de Continuidad del negocio, es decir, un plan para anticiparnos y adaptarnos a los cambios para que la empresa pueda afrontar y superar de la mejor manera posible, esta situación de crisis e incertidumbre que nos está tocando vivir.

Se trata de realizar un análisis financiero al mismo tiempo que estratégico, mediante diferentes herramientas financieras y de gestión estratégica, como son el DAFO/CAME, para establecer una estrategia a medio plazo y que sea revisable con frecuencia, determinando nuestras actividades prioritarias y necesidades, evaluando los riesgos de la puesta en marcha de dichas actividades, dando respuesta a posibles contingencias. TODO ELLO RECORDANDO QUE DEBE SER REVISABLE CONTINUAMENTE.

Para aquellos que no estén familiarizados con estos términos de DAFO y CAME, diremos que las siglas D.A.F.O. significan: Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades.

Por su parte, las siglas C.A.M.E. significan: Corregir, Afrontar, Mantener y Explotar.

De esta forma, para planificar nuestra estrategia de futuro, será necesario, como empresarios, ser conscientes de nuestras debilidades para corregirlas, conocer nuestras amenazas y saber afrontarlas; también tener claras nuestras fortalezas para mantenerlas en el tiempo y por último ser conscientes de nuestras oportunidades para poder explotarlas.

Raúl Moreno